Estas serán unas breves palabras. Palabras de agradecimiento esencialmente.
Hace casi cuatro meses, el 23 de junio pasado, emprendimos la aventura de esta newsletter. Desde esa fecha han sido 50 cartas (llamémoslas mejor así, o mejor aún: boletines, por mi renuencia a utilizar anglicismos) compartiendo con ustedes ideas, comentarios o noticias sobre libros y lecturas. La respuesta a ellas ha sido más que favorable, más que generosa: a la fecha, 1060 suscriptores (y en Twitter, casi 28.000 seguidores). Se agradece. Y mucho.
Por supuesto, eso nos compromete a más. En principio, como mencioné antes, a poner orden en casa: escribir con una periodicidad establecida, no en cualquier momento; incluir otros materiales (podcast con entrevistas a escritores o autores, por ejemplo); ampliar los contenidos (fragmentos de obras, enlaces a páginas o sitios de interés, etc.). Y lo más importante, a hacerlo sostenible. De esto depende que en los próximos boletines ofrezcamos más y mejores contenidos y que siga existiendo, claro.
Algo que he comprobado (sin que me cause mayor sorpresa, porque lo mismo ocurrió con el Reportero de la Historia, que llegó a conseguir 232.000 seguidores), es que el 60% de los suscriptores provienen de otros países. Eso, conviene decirlo, marca la pauta de lo que escribimos y compartimos. Pero este sitio, más que uno en construcción es uno en evolución. Seguiremos redefiniendo el boletín hasta lograr el más interesante y amigable para todos, aunque el objetivo siga siendo el mismo: el fomento del libro y la lectura.
Dije que estas serían unas breves palabras y no quiero faltar a lo dicho. Una vez más, ¡muchas gracias!
Muchas gracias a usted.