Cinco libros de Dostoievski (#025)
En noviembre del año pasado se conmemoró el 200 aniversario del nacimiento de Fiódor Dostoievski, uno de los escritores rusos más influyentes en la literatura universal.
Con ese motivo escribí una serie de breves comentarios sobre algunos de sus libros a modo de recomendación (aunque todos sus libros realmente lo sean). Las portadas que acompañan a cada comentario son de las ediciones que sugiero leer porque son versiones (traducciones) directas del ruso, además de muy prolijas en su edición.
Humillados y ofendidos (1861)
¿Que hay en Humillados y ofendidos que nos hace volver a ella una y otra vez? ¿Será, acaso, su galería de personajes construidos con una perfección casi endemoniada? ¿Tal vez ese retrato insuperable de la Rusia zarista en la que la desigualdad, la pobreza, el abuso y la opresión, alimentados y sostenidos por una corrupción e ignorancia galopantes, son tan comunes y arraigados como vergonzosos? ¿O tal vez esa historia de un amor frustrado que el autor desarrolla paralelamente a la de la vocación literaria del protagonista? Vista en perspectiva, esta novela antecede en cinco años a Crimen y castigo y en casi veinte a la monumental Los hermanos Karamazov, pero es en esta maravillosa novela donde encontramos los temas, personajes y herramientas que usará Dostoievski para escribir esas dos grandes novelas. Es en estas páginas donde empieza a gestarse, a asomar el gran autor en que se convertirá este genial ruso, y en eso radica su gran atractivo; eso que me hace, ahora lo comprendo, volver a ella continuamente (después de Guerra y paz y La montaña mágica, es la novela que más veces es releído). Con Humillados y ofendidos Dostoievski se descubrió a sí mismo y descubrió las claves de su escritura, de su mundo literario moral y personal. Sonará a lugar común decirlo, pero es con esta novela que Dostoievski se convirtió en Dostoievski. Si Humillados y ofendidos se sigue leyendo (y se leerá) durante generaciones es porque la historia de amor imposible que cuenta, los dramas de las otras historias que corren paralelas a la principal, seguirá conmoviéndonos como lo hacía con Tolstoi que la admiraba grandemente entre todas las obras de su compatriota.
El idiota (1868)
En algún lado, no recuerdo en dónde, Julio Cortázar cuenta la ocasión en que, llegando a un congreso de escritores en Nicaragua, un amigo lo recibió con los brazos abiertos y este poco usual saludo: “Ah, ¡por fin llegó el idiota!”. Sorprendido, Cortázar le pidió explicaciones, a lo que el susodicho amigo le respondió: “es que nadie se parece más al príncipe Mishkin que usted, que es tan bueno, tan generoso, tan ingenuo, tan confiado en la buena fe de las personas. Es decir, tan idiota”. Este amigo bien pudo ser uno de los muchos personajes de la novela de Dostoievski que ven, en las más nobles cualidades del protagonista de la novela, los defectos propios de un anormal, de alguien que, en definitiva, no encaja en un mundo donde lo normal es todo lo contrario: la hipocresía, el cinismo, la ruindad, la lujuria desmedida, la pura maldad como moneda corriente. Casi una descripción de nosotros mismos, como si se refiriera a nosotros. Si algo hay de sorprendente en El idiota es la perfección con que cada uno de estos caracteres o conductas son plasmadas en cada uno de los inolvidables personajes (inolvidables por excelsos como por ruines) que la pueblan. Esta novela está tan bien lograda, tan bien escrita (hay escenas que resultan imperecederas para sus lectores), que creo que está por encima de Crimen y castigo y de Los hermanos Karamázov, es superior a ellas; en definitiva, la mejor novela de Dostoievski. Su verdadera obra maestra. Comparable solo al Quijote por esa maravillosa galería de personajes que ambas novelas exhiben, lo cual es decir mucho ya de ella. Lo que, por cierto, me lleva a insistir en leerla en una buena traducción; es decir, en una directa del ruso –como la de Penguin, por ejemplo, o la de Alba– y no de las versiones francesa o inglesa, que traslada al español giros propios de esos idiomas. Dostoievski escribía larguísimas frases –que se observan con mayor detenimiento en Los hermanos Karamázov– que la puntuación vertida del francés o el inglés cambian, casi irrespetuosamente. ¿Una pista para identificarlas? Fácil: desconfíen de las ediciones que llevan por título El príncipe idiota.
Crimen y castigo (1866)
Una de las conclusiones que uno saca luego de leer el Curso de literatura rusa de Nabokov es que el único escritor ruso que merece el aprecio del autor de Lolita es el propio Nabokov. En este conocido curso, Nabokov califica a Dostoievski de escritor “bastante mediocre” y a “Crimen y castigo” de “vulgaridad literaria”. ¿Por qué? Porque lo que no le queda claro a Nabokov (y lo desespera ‘artísticamente’ hablando) es que nunca queda manifiesto las razones que llevan a Raskólnikov a asesinar a la vieja usurera (su “motivación es sumamente confusa”, escribe), y tal vez en esto reside todo el problema, toda la confusión en torno a Crimen y castigo: no se trata de una novela sobre un crimen injustificado sino sobre el remordimiento, la culpa que ese crimen genera. Más aún, hay quienes creen que ni siquiera la culpa es la verdadera motivación de la novela sino la enajenación del protagonista al acometer un crimen que no considera tal, sino una expiación, un acto completamente justificado (la obra rebosa de frases que constituyen un libro aparte, como esta de que "cien presunciones nunca serán una prueba"). Y en esa “confusa motivación”, precisamente, reside el éxito, la maestría de la novela. Es, finalmente, una obra compleja, profunda, oscura y soberbia. Y, como lo prueba Nabokov, muchas veces incomprendida. Y después de El Quijote, la novela que más veces ha sido adaptada al cine (unas veinticinco veces) y al teatro, lo que ha contribuido, con seguridad, a esa incomprensión por esas libertades creativas que se toman los responsables de esas adaptaciones. Para apreciar esta magnífica obra en su real y extraordinaria dimensión, hay que leer Crimen y castigo antes que verla. Y en una buena traducción, por cierto. (En este enlace https://bit.ly/3wEjHSY pueden encontrar la comparación de varias ediciones que circulan de la obra de Dostoievski, y así decidir por la que mejor les parezca. Yo, la última vez que la volví a leer, fue en la edición de Editorial Alba, que me parece la mejor de todas las que existen).
Diario de un escritor (1873-1881)
Después de Los hermanos Karamázov y Humillados y ofendidos, Diario de un escritor es mi libro favorito de Dostoievski. ¿Por qué? Por una sencilla razón: el carácter eminentemente periodístico de la obra y no el íntimo que uno pudiera esperar por su título. En él, Dostoievski engarza una serie de piezas diversas (reseñas, recuerdos, juicios sobre otros autores y sus obras, comentarios y reflexiones de diversa índole) que muestran al hombre antes que al artista, al profundo creyente que fue antes que al atormentado escritor autor de las novelas más angustiosas que hayamos podido leer. Si hay o quiere hallar al Dostoievski más auténtico o personal, lo hallara en las páginas de este voluminoso y caótico libro (existen varias edicones del mismo, en versiones completas o partes de ella) que representa un verdadero desafío para lector. No por complejo, extenso o caótico, sino porque uno está acostumbrado a la imagen que se forma de su escritor más próximo o querido y este libro la destruye. O la agiganta, si, al leer sus novelas, ha comprendido todo lo que ha querido transmitirnos con ellas. Diario de un escritor no es en estricto una obra maestra, pero sí el libro fundamental para conocer a un autor de la profundidad y calado de Dostoievski. Hay múltiples ediciones de este fundamental libro en infinidad de versiones e editoriales. La que yo tengo es la que sacó Páginas de espuma hace unos años (2010) en un grueso volumen de casi mil páginas. Pero el año pasado publicó una nueva edición en dos gruesos volúmenes que suman más de 2200 páginas que aún no he podido adquirir, pero que está en mi lista de prioridades a cumplir este año.
Los hermanos Karamazov (1880)
En el primer año de universidad me sucedió algo curioso. En la clase de introducción a las ciencias sociales, el profesor exponía sobre la anomia y, como resultado de esto, de los estados fallidos, las sociedades o grupos anómicos. Cuando preguntó si alguien podía dar un ejemplo de lo expuesto, un compañero levantó la mano y dijo que uno era su propia familia. Y sin que nadie le dijera o preguntara nada, empezó a referirse a los problemas entre padres e hijos, los recelos y desencuentros entre hermanos, a la falta absoluta de respeto, aprecio y solidaridad entre todos ellos. Cuando acabó, todos nos quedamos en absoluto silencio, el mismo que fue roto por la pregunta del profesor que hizo estallar en carcajadas a todo el salón: “De casualidad, joven, ¿su familia se apellida Karamázov?”. Esa misma noche empecé la lectura de Los hermanos Karamázov. Aunque ya había leído a Dostoievski, hasta ese momento no me había atrevido con esta voluminosa, sumamente compleja y majestuosa novela, repleta de larguísimos párrafos y frases interminables, con páginas extensas dedicadas a largas disquisiciones místicas y cristianas que parecen estar demás en el texto pero que, en conjunto, la explican, la sustentan. Son la novela misma si nos detenemos en el hecho de que es la última novela que escribió su autor, un convencido creyente que murió apenas cuatro meses después de concluirla, casi el testamento literario e ideológico de Dostoievski. El tema del parricidio, que da pie a la novela, no es menos interesante que lo anterior pero es apenas el detonante de las escasas cualidades y muchos vicios de los protagonistas. El ateísmo de otro de los protagonistas es otro tema fundamental en el libro. Y así, cada asunto, problema o virtud es tratado de un modo profundo, complejo, trágico y violento. La más monumental de las novelas de su autor y la que más exige de quien emprenda la aventura de sumergirse en ella.
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Qué buenas recomendaciones. Recuerdo que me topé con Los hermanos Karamazov cuando leí que la palabra "nihilista" fue usada por primera vez ahí. Ahora estoy emocionado por leer El idiota, y no "El Príncipe idiota
Muy buenas recomendaciones....algunos ya los leí..otros a la lista.. gracias