¿Cómo hacer para leer muchos libros? (Segunda parte) (#118)
No existe método alguno para leer más libros; lo que sí existe, y muchos, son maneras de mejor disfrutar o aprovechar uno.
«Debemos convertirnos en una nación de lectores verdaderamente competentes, reconociendo todo lo que implica la palabra competente. Nada satisfará menos las necesidades del mundo que viene». Mortimer Adler
Como contaba o explicaba ayer, soy de los que creen que el método de lectura que uno utiliza, según el tipo de lectura que esté realizando, no es, necesariamente, útil a todos o a otros. Lo que sí creo, y firmemente, es que hay estrategias, por llamarlas de un modo, para hacer que la lectura resulte tanto más provechosa como placentera de lo que esperamos sea, así le dediquemos veinte minutos o una, tres, cuatro o cinco horas. Lo resultados exitosos que obtenga de esos primeros y esenciales veinte minutos hará que se conviertan luego, precisamente, en una, tres, cuatro o cinco horas de lectura. No hay nada que estimule más la lectura que una lectura provechosa. Eso sí puedo compartirlo con ustedes: estrategias cuando leo un determinado tipo de libro que hacen provechoso lo poco o mucho que leo.
Antes me gustaría hacer una breve aclaración. Parte de estas estrategias las aprendí o adquirí tras leer, en mis años universitarios, Cómo leer un libro. Una guía clásica para mejorar la lectura (Debate), de Mortimer J. Adler y Charles van Doren (publicado originalmente en 1940, fue puesto al día por Adler con ayuda del segundo —sí, el mismo de la película Quiz Show. El dilema— en 1972) un libro tan útil como provechoso, tanto que hoy mucho de lo que enseña o explica, lo practico de manera natural e inconsciente, está enraizada en mi manera de leer, ya sea que se trate de una novela, un cuento o un tratado de filosofía. Lo que hace este libro por un lector, o alguien que quiere convertirse en lector, es impagable. Resulta obvio, en consecuencia, que mucho de lo que aquí explico derive de las enseñanzas de las páginas de ese luminoso libro.
Así que, empecemos:
1. Ya sea que leas por placer, trabajo o estudio, la lectura es una actividad esencialmente placentera, instantes de gozo que buscamos repetir; así que el lugar donde lo hagas ayuda mucho a que esta sea tan provechosa como agradable. Procura leer en un ambiente que te sea grato y donde la iluminación vaya acorde con tus necesidades o gustos. Yo, por ejemplo, leo en cualquier sitio (mi escritorio, mi cama, el sillón de la sala, etc.), pero lo único que hace que cambie de lugar es la iluminación: me he acostumbrado a leer con luz blanca y no amarilla. Si no hay luz blanca, busco otro sitio o no leo.
2. ¿Leer en el transporte público, si tienen un viaje diario de una hora de ida y otra de vuelta al ir y volver del trabajo o la universidad? Puede ser, si vives en Suiza o en Nueva York. En Lima no lo recomiendo. Aquí nuestro transporte público es tan caótico, ruidoso y abundante en amigos de lo ajeno que la menor distracción (o concentración) puede significar perder algo (lo digo por experiencia). Lo que yo hacía o hago cundo tengo estos viajes interminables es escuchar podcasts de mis cuentas favoritas de libros o los audios de las conferencias de la Fundación March que son verdaderas joyas de información y cultura (son descargables, así que las tengo organizadas en carpetas en mi celular).
3. A mí me gusta referirme a la pila de libros pendientes de lectura sobre mi mesa de noche como La torre maldita (¡porque no para de crecer!), pero es de cariño. Bromas aparte, es fundamental tener al alcance de la mano ese libro o ese autor que te ha sido esquivo durante tanto tiempo. Nunca sabes en qué momento estarás de buen humor o con la mejor disposición para enfrentarlo. Como dicen de cierto artículo de salud pública, es mejor tenerlo cerca y no necesitarlo, que necesitarlo y no tenerlo a la mano.
4. Cuando encuentres el lugar ideal para leer, establece un rígido horario de lectura, uno que nadie cambie o altere, ni siquiera tú mismo. En mi caso, que como he explicado numerosas veces mi trabajo consiste en leer muchas horas del día, suelo reservar las horas de la noche (en que los niños de mi edificio duermen, mis vecinos duermen y mi esposa también) para leer lo que más me place y gusta. Son mis horas de lectura, las otras son de trabajo.
5. Esto del horario es importantísimo, y respetarlo más aún. Si te planteas 20 minutos o una hora diaria de lectura, y lo cumples religiosamente, llegará el día en que, cuando no lo hagas, te sentirás vacío e infeliz, incompleto. Son los momentos de lectura que le faltan a tu existencia diaria para ser feliz, pleno. Cuando tengas esa sensación, vas camino a convertirte en un lector consumado, uno para quien la lectura es como el oxígeno: indispensable.
6. Como explicaba ayer, no recomiendo escuchar audiolibros si lo que desea es ‘leer más’ o mejor. Aunque algunos expertos lo afirmen, escuchar un libro no es lo mismo que leerlo. Solo si es necesario o si tu profesión así lo amerita o permite, recurra a ellos.
7. Si ya disponer de tiempo para leer es complicado, saber qué leer lo es más. La mejor manera de acertar en las lecturas que hacemos es leer o escuchar a quienes sí saben sobre los temas, autores o géneros que nos gustan. Yo me guio por lo que recomiendan autores que leo, críticos que sigo o periodistas que sí leen y no que dicen leer. Hay tantos de estos y tan buenos que aún no entiendo como hay tanta gente (miles de personas) que siguen a los dichosos influencer que para recomendarte un libro te destripan la trama. O peor aun, ¡te explican el final! Ahí lo dejo.
8. Borges ya lo dijo, así que no voy a insistir mucho en el tema: si un libro no te gusta o no te convence, déjalo. Hay cientos, miles de libros que esperan por ti. Por eso, la importancia del punto anterior.
9. A propósito de lo anterior, siempre he creído (y lo creeré hasta el día de mi muerte) que no hay libro malo, solo uno que no encontró su público, su lector ideal. Así, que no te avergüence leer a Coelho, John Green o Jojo Mayes. Lo importante es que leas. Lo realmente vergonzoso es NO leer pudiendo hacerlo.
10. ¿Clubes de lectura? Hummm…. No pertenezco a ninguno y no creo que lo haga u organice uno, como me lo han sugerido algunos amigos, por una sencilla razón que no necesariamente se extrapola a todos: muchas veces la actividad social que concitan estos clubes es mayor a la de la propia lectura, más importante que el libro mismo. Me puedo equivocar, pero la única sesión de uno al que asistí bastó para que huyera de ellos. No me interesa hacer nuevos amigos, sí leer más libros.
11. Ya he explicado que existen distintos tipos de lectura, y por lo mismo distintas formas de hacerlo. Si esperas encontrar aquí como leer más rápido para pasar al siguiente libro, te equivocaste de sitio. Lo que buscan estos consejos o estrategias de lectura, antes que leer más rápido es leer mejor. Comprender un libro, empatar con él a la primera y no tener que volver una y otra vez sobre él. Por eso es importante lo que sigue…
«Ciertas cosas no han cambiado en los últimos treinta años. Una constante es que, para lograr todos los propósitos de la lectura, el desiderátum debe ser la capacidad de leer cosas diferentes a velocidades diferentes (apropiadas) y no todo a la mayor velocidad posible. Como observó Pascal hace trescientos años: 'Cuando leemos demasiado rápido o demasiado lento, no entendemos nada'». Mortimer Adler
12. Adler explica, en Cómo leer un libro, que cuatro son las preguntas que todo lector exigente debe plantearse al enfrentarse a un libro:
¿De qué trata el libro en su conjunto? (el asunto principal)
¿Qué dice en detalle y cómo lo dice? (ideas, afirmaciones y asuntos secundarios)
Lo que dice el libro, ¿es verdadero, total o parcialmente?
¿Qué importancia tiene lo que dice?
Hoy, estas cuatro preguntas constituyen mi ADN lector: no hay manera de que lea sin hacérmelas constantemente mientras fatigo las páginas de un libro, sea del género que sea.
13. ¿Han visto la cantidad de hilos que comparto en mi cuenta de Twitter? Eso es fácil de explicar. Si algo aprendí de Adler fue a hacer una lista de las principales lecturas que debía de hacer respecto a un tema, un autor, un género, un problema, un país, etc. Cuando ingresé a San Marcos a estudiar Historia lo primero que hice fue una lista de las principales obras historiográficas que debía leer, luego sobre los principales autores que tenía que leer, etc., etc. Por eso me es relativamente fácil armar un hilo: hago listas de lecturas desde hace años. Lo cual me recuerda que…
14. Tener un cuaderno de notas o apuntes, a modo de diario, ayuda mucho. Antes utilizaba simples cuadernos escolares cuadriculados de cien hojas que llenaba de listas, citas, referencias bibliográficas, o simples notas o apuntes que tomaba de cualquier lado y luego investigaba y convertía en una referencia bibliográfica (incluso pegaba el recorte de periódico de una reseña o comentario excelente). Hoy utilizo los famosos moleskine que lleno de apuntes personales de lecturas y autores, leídos y por leer. Mucho de lo que escribo o comparto en los boletines o en tuits provienen de esos cuadernos, así que podrán hacerse una idea de lo importante que son para mí (mi nuera, sabiéndolo, me obsequió en mi último cumpleaños tres cuadernos que ella mismo elaboró artesanalmente).
15. Hay lectores que saturan de marcas, subrayados y post-it sus libros, utilizan resaltadores de diversos colores, entre otros métodos, para señalar párrafos o frases esenciales de un libro. Yo prefiero los cuadernos de notas y en ocasiones hasta hago fichas de lo que leo. ¿Por qué? Por una sencilla razón: los neurocientíficos han demostrado suficientemente que el cerebro humano recuerda más y mejor lo que escribe que lo que lee (o resalta).
Finalmente, aunque suene populachero (y hasta chabacano) decirlo, recuerden que leer es como hacer el amor: el grado de disfrute o frustración está íntimamente ligado al momento, lugar y persona con quien lo haces, lo que esta significa o llegará a significar para ti. Con los libros ocurre exactamente lo mismo.
¡Qué tengan buenas lecturas!
gracias por tus consejos, aquí también una san marquina en su primer año en la carrera de ciencias políticas 🤭 haré londe elaborar una lista de libros indispensables en mi carrera
Muito bom ler os seus conselhos, Jorge. Obrigado. Um abraço.