Diez biografías de escritores que no podemos dejar de leer (#154)
Diez obras que apenas son una pequeña muestra de la vitalidad y empuje del género biográfico que está pasando por un buen momento.
Después de las novelas y cuentos, las biografías son el género que más leo y consumo. He leído decenas de ellas, y no lo digo como un prurito de vanidad sino como la firme constatación, la resuelta convicción de que es uno de mis géneros favoritos. Dentro de este, las biografías de escritores son las que más concitan mi atención e interés. Tienen un encanto, un atractivo que va de lo intelectual a lo artístico. Las biografías que escribió Stefan Zweig, por ejemplo (y que aquí citamos la que dedicó a Balzac) son verdaderas obras de arte, un logro mayor tanto del intelecto como del arte narrativo. Las vibrantes páginas finales de su María Antonieta, por citar solo una, se cuentan entre las mejores páginas que se han escrito sobre la historia de la Revolución Francesa sin discusión alguna. De estas últimas he seleccionado diez biografías que se encuentran entre lo mejor del género y, sin la menor duda, entre los libros maravillosos que deberíamos leer alguna vez en la vida. Entre estas he incluido la de Evans sobre Hobsbawm (un historiador escribiendo sobre otro historiador) porque nunca me cansaré de recomendarla y siempre aprovecho cualquier ocasión para hacerlo. Como ahora.
1. Balzac. La novela de una vida (1920), de Stefan Zweig. Hay quienes creen que esta obra es una de las obras maestras de su autor; y dentro del género, la que mejor condensa o reúne todos los atributos y virtudes que han hecho famosas sus biografías. En esta, que se lee casi como una de sus celebradas novelas, emerge un Balzac profundamente humano, un retrato sicológico penetrante y honesto de sus cualidades y debilidades como hombre y, esencialmente, una mirada que ausculta en la figura del escritor «tan sobrado de talento para su obra como escaso de aptitudes y falto de cualidades necesarias para el papel de personaje destacado en la sociedad» al que aspiró toda su vida con tanto empeño, confiado en su talento y en el valor de su obra, que se mató trabajando, escribiendo. Balzac. La novela de una vida es una de las grandes biografías de nuestro tiempo. La que sin duda merecía el genio del autor de La comedia humana.
2. James Joyce (1959/1982), de Richard Ellmann. Otra biografía monumental. Lo que Ellmann ha logrado con este magnífico trabajo es componer una de las biografías literarias mas importantes del siglo XX. El amplísimo aparato documental, bibliográfico y analítico sobre el que se sustenta esta voluminosa biografía (más de mil páginas) podría amedrentar a cualquiera, pero nada estaría más lejos de la verdad. Quien recorra sus paginas se enfrentará no solo a la biografía o estudio más completo que se haya escrito sobre uno de los escritores más importantes del siglo pasado, renovador absoluto de la literatura contemporánea, sino al libro clave para entender mucho de lo que Joyce escribió. El capítulo que dedica al famoso cuento Los muertos, por ejemplo, o a los antecedentes del Ulises, resultan tan esclarecedores como utilísimos para sumergirnos en ellos con renovada luz. Esta extraordinaria biografía se publicó originalmente en 1959, pero en 1982, con ocasión del centenario de Joyce, Ellmann revisó, corrigió y amplió su libro hasta ofrecer una versión completamente nueva de la misma, que es la que tradujo Anagrama para su Biblioteca de la Memoria. Un librazo.
3. Sartre: 1905-1980 (1985), de Annie Cohen-Solal. Nunca antes, con esta obra, fue más justificado el uso del adjetivo monumental. Y nunca más cierto aquello de que la mejor biografía es aquella que no solo ofrece el relato de una vida sino la del tiempo en el que le tocó vivir esa vida. Estamos ante una biografía en sentido estricto, pero que tiene sus tintes de ensayo filosófico, que no rehúye la polémica, la crítica, la opinión mesurada y madurada en cientos, miles de documentos, lecturas y en un diálogo permanente con las ideas del biografiado, y para quien estas -las ideas- eran armas en manos de los intelectuales comprometidos. Sartre, el creador de la literatura comprometida, el santo patrono del existencialismo, el único escritor que rechazó el Nobel motu proprio, el hombrecito estrábico que era un don juan incurable, el autor clave de la literatura y cultura contemporánea, un Sartre total es el que habita en estas soberbias páginas. Por cierto, con ocasión del centenario de Sartre, en 2005 la autora publicó en Anagrama un opúsculo de poco más de un centenar de páginas a modo de ensayo interpretativo del filosofo y su legado que lleva el simple título de Jean-Paul Sartre. Es un texto muy interesante, sí, pero en modo alguno sustituye la lectura de esta extraordinaria biografía publicada por Edhasa.
4. Thomas Mann. La vida como obra de arte (2003), de Hermann Kurzke. Thomas Mann, uno de los escritores verdaderamente importantes del siglo XX, ha sido el centro de innumerables estudios, ensayos y libros que van de los estudios literarios a la biografía novelada. En esta amplísima bibliografía destaca notablemente el libro de Hermann Kurzke, otra de las mejores biografías literarias escritas el siglo XX. No solo es, desde que se publicó hasta ahora, la mejor biografía que existe sobre Mann, sino una de las mejores del género. Una obra que raya en lo enciclopédico y de la que han partido o recurren a ella quienes se ocupan de Mann. La biografía novelada que sobre Mann escribió Colm Tóibín (El mago), que despertó tanto interés, no llega a opacar a este maravilloso libro.
5. Las tres vidas de Stefan Zweig (2006), de Oliver Matuschek. La de Zweig es una biografía con todos los elementos, dramáticos y políticos, necesarios para escribir una gran historia, una tragedia de resonancias griegas. Por eso no debe extrañarnos que existan muchas biografías en el mercado dedicadas a este escritor austriaco que incluso los poco aficionados a la lectura han leído. De todas ellas, tres destacan por su aparato crítico y documental, la exhaustividad de la investigación que requirieron y las ideas e interpretaciones que aportan para entender una obra que no ha pasado (y dudo que lo haga) nunca de moda. Una de ellas es esta de Oliver Matuschek que, como indica su título, organiza todo su contenido a partir de tres etapas bien diferenciadas e identificables en la vida de Zweig. Etapas que, asimismo, sirven para abordar el análisis de su prolífica y brillante obra.
NOTA. En este acápite, una biografía que no podemos dejar de mencionar es la que firma George Prochnik: El exilio imposible. Stefan Zweig en el fin del mundo (2014), que se centra en la última etapa del escritor, la del exilio en Brasil, ofreciendo información novedosa sobre ella y el suicidio del escritor. Si la menciono fuera de lista es porque es el complemento perfecto del anterior.
6. Vasili Grossman y el siglo soviético (2019), de Alexandra Popoff. Esta biografía es tan buena, tan lograda, tan exhaustiva que llega a opacar a la que escribió Beevor sobre el mismo personaje. Y eso ya es mucho decir. Para nadie son desconocidas las circunstancias en las que fue escrita Vida y destino (en plena conflagración de una guerra demencial) y las complicaciones de su autor (un corresponsal de guerra ciudadano de un estado totalitario) por hacerlo; estas constituyen otra historia igual de épica como la novela misma. Quien mejor ha contado esa historia es esta biografía de Alexandra Popoff. Un libro que hay que leer para admirar aún más a su autor y su novela. Es mucho más que una biografía: es un monumento a Grossman.
7. Sontag. Vida y obra (2020), de Benjamin Moser. Sontag fue un personaje fascinante en una época fascinante. Una mujer excepcional en un tiempo igualmente excepcional y turbulento. Una escritora y una intelectual de enorme talento y mucho que decir en un momento de la historia en que lo cultural era otro campo de batalla. Esta hermosa y entretenida biografía es, a su modo, también una historia cultural y política del tiempo que le tocó vivir a su protagonista. En ese sentido, como dijimos en otro lado, la biografía que aquí leemos es también la de los grandes movimientos y revoluciones culturales de las que Sontag fue testigo, intérprete o protagonista. Una de las mejores biografías literarias que se hayan escrito en el presente siglo y, por lo mismo, uno de esos placeres intelectuales que no encuentran parangón en la vida. Si en las escuelas de Periodismo o de Historia se enseñara a escribir biografías, no tengo la menor duda de que este sería el libro de texto obligatorio.
NOTA. Un dato importante: Benjamin Moser es uno de los invitados para la FIL Lima 2024. Tal vez, con un poco de suerte, consigamos que firme nuestro ejemplar.
8. La llama inmortal de Stephen Crane (2021), de Paul Auster. En las necrológicas y notas de prensa dedicadas a Paul Auster en abril pasado, el encomio merecido de sus novelas y ensayos estuvo a la orden del día. Si alguien mencionó, casi tímidamente, esta biografía novelada del autor de La roja insignia del valor lo hizo casi por obligación o solo porque aparece en la bibliografía del escritor. Pero lo cierto es que merecía mayor atención y mayores elogios. Se trata de una biografía que se lee como la novela que realmente es, sin llegar a serlo completamente, con lo cual Auster logra uno de los mejores trabajos, acaso el mejor de todos, de no ficción que haya escrito. Y me arriesgaría a decir que incluso mejor que muchas de sus novelas. La de Crane fue una vida tan breve como azarosa, y muy productiva. Con tan solo 29 años, la edad en la que murió, ya había escrito cuentos, novelas, artículos y reportajes que catapultaron la literatura estadounidense a una modernidad de nuevo siglo. Y todo en una época de cambios trascendentales para el país y el mundo que hacía aún más notoria su actividad artística y periodística. Todo ese universo social, político, histórico y literario del que fue protagonista y testigo Crane, Auster lo recrea de modo magistral en esta voluminosa y maravillosa obra que le dedicó.
9. Philip Roth. Una biografía (2022), de Blake Bailey. Leí esta biografía a instancias de un amigo que me hizo leer (casi obligó, regalándome La mancha humana) la obra de Roth de quien no soy (o era), precisamente que digamos, un fervoroso lector. Lo que puedo decir de ella, de esta monumental y voluminosa biografía del autor de Pastoral americana es que en ella encontré las claves para la lectura de su copiosa obra. Pero no es esta la razón principal para leerla, o que represente una muestra excepcional de investigación, mucho menos que sea el resultado del trabajo paciente y arduo, a lo largo de los años, de su escritura en la que colaboró el propio Roth (una biografía definitiva y autorizada que habría podido firmar el propio escritor). La verdadera razón para leer esta magnífica obra es la de que ofrece el retrato de un hombre muy consciente de su grandeza y talento, pero lleno de contradicciones. La obra estuvo a punto de no ser publicada por los escándalos y denuncias de acoso contra el autor que, feliz y finalmente, no afectaron su circulación. Para nuestra suerte.
10. Hobsbawm. Una vida en la historia (2019), de Richard Evans. En rigor, como señalé al principio, no se trata de la biografía de un escritor propiamente sino la de un historiador, Eric J. Hobsbawm. Si la incluyo aquí es por el carácter excepcional de ella, por el soberbio edificio intelectual que representa. Solo Evans, quien es autor de una leidísima trilogía sobre el Tercer Reich que es la mejor historia de conjunto moderna que conozca o haya leído, solo Evans, decía, podía haber escrito una biografía como esta sobre un gigante de la historiografía mundial como lo fue Hobsbawm. La biografía del historiador inglés, que nació en 1917 y murió a la edad de 95 años, es la biografía del siglo que le tocó vivir, historiar, interpretar y explicar a los millones de lectores que tuvo en el mundo, y en esto radica, en este enfoque, el acierto de su autor y el valor de la obra misma. Además, está repleta de detalles, datos, informaciones, anécdotas, infidencias y revelaciones de todo tipo que resulta de interés no solo a los historiadores profesionales sino a periodistas, políticos, docentes, a cualquier persona culta o interesada en la historia del mundo en el que vive y la época en que le ha tocado vivir. Una obra absolutamente magistral.
Obvia decir que en este recuento faltan obras verdaderamente monumentales, como las que dedicó Joseph Frank a Dostoyevski en cinco gruesos volúmenes en FCE. O, recintemente, la de Reiner Stach sobre Kafka, en dos voluminosos volúmenes en Acantilado que suman más de dos mil páginas, obras ambas que por su naturaleza y extensión escapan al espíritu e intención de estas recomendaciones.
¡Qué tengan buenas lecturas!