Las novedades de mayo de Planeta (#136)
Un repaso rápido a las novedades de mayo que nos llegan a través de Planeta.
Desde ayer en la tarde en que llegaron, estuve revisando las #NovedadesDeMayo de Planeta. Aquí les adelanto unos breves comentarios de los libros que aterrizaron en mi mesa de trabajo y de los que espero escribir pronto algo más. Lo que sí les puedo adelantar es que lo que ha llegado pinta muy, pero muy bien.
👉 El espía continental
Si uno lee la solapa de El espía continental, el nuevo libro de Hugo Coya, comprobará que el autor de best sellers de no ficción como Estación final y Los secretos de Elvira suma ahora a sus actividades de «escritor, periodista, productor de televisión, profesor universitario y conferencista» el de novelista. Y en mi género favorito: la novela histórica. En esta primera incursión en él, Coya, con olfato periodístico, ha apostado por un personaje con una vida verdaderamente novelesca: la de Jacobo Hurwitz.
Quien conozca algo de la historia política de este continente, y en especial la de las primeras décadas del siglo XX en el que la eclosión de los partidos de masas, los agentes internacionales que operaban en distintos países, los esfuerzos del comunismo por extenderse e imponerse en la región, etc., quien sepa algo de todo esto el nombre de Jacobo Hurwitz tal vez no le resulte extraño. Nacido en Lima en 1901 y muerto en la misma ciudad en 1973, la de Jacobo Hurwitz fue una vida jalonada por el espíritu revolucionario juvenil y el comunismo militante después. Su bautizo de fuego fueron las jornadas reformistas estudiantiles de 1923 y, deportado múltiples veces, comenzó y continuó su carrera de agente internacional en Cuba, México, Nicaragua, Argentina, España, Alemania, escudado en su fachada de periodista. Sin embargo, pese a que, como dijimos, la suya fue una vida de novela hasta ahora este personaje extraordinario había sido sólo una nota al pie o el interés erudito de historiadores muy conocedores de la historia política latinoamericana. El gran acierto de Coya es haber rescatado su figura y escrito esta estupenda novela, para recordarnos que muchas veces (demasiadas) la vida imita a la literatura. Abundante en revelaciones, infidencias y conspiraciones que parecen borrar la tenue línea entre ficción y realidad, y de eso que algunos llaman la 'historia menuda', la historia detrás de la historia, El espía continental apunta a convertirse en otro éxito de Coya. Les cuento más cuando la termine.
👉 El tejido que nos une
Cuando anuncié aquí mismo la aparición del libro de Daniel Salas y Percy Marquina, el entusiasmo con que lo hice respondía a que conozco a Daniel, decía, y conozco todavía más y mejor su inteligencia, su prodigiosa capacidad de análisis y esa habilidad que tiene como pocos para explicar la idea más compleja con absoluta sencillez. Ahora que tengo en mis manos El tejido que nos une. ¿Por qué las buenas historias cautivan y transforman al ser humano?, compruebo que todas esas cualidades de Daniel, éste y su colega han sabido transferirlas a este libro que indaga, de manera concienzuda, en lo que conocemos como storytelling. Pero esto último, que puede ser una simplona frase, no dice ni media palabra, no transmite ni idea sobre el entusiasmo, la delectación con que el lector pasa cada una de sus páginas. Salas y Marquina no han construido un texto académico o teórico soporífero y aburrido, pedante en exceso, sino uno muy entretenido con el que nos identificamos todos los que, desde una columna de opinión hasta una novela o cuento (o un tuit) intentamos contar una historia, comunicar una idea y hacerlo de manera efectiva. Todos los ejemplos que utilizan son extraídos de la historia, literatura, el cine y la televisión, referentes fácilmente identificables lo que en buena cuenta asegura que hasta a los que les gusta escribir o contar, pero no leen (abundan) disfrutarán de este libro que ya ingresó a mi lista de los diez mejores del año. Así de bueno es. Y es el tercero.
👉 Casi rocanrol
Aunque ya lo he dicho antes, lo diré una vez más: a mí la autoficción moderna (incluso aquella que dice que no la es) no me entusiasma, la leo poco y rara vez la comento o escribo sobre ella, salvo para decir que no me gusta y no la leo (como ahora mismo). Pero hay ocasiones en que el trabajo, el compromiso o la simple curiosidad me empujan a leer o revisar algún libro o novela identificada con esa etiqueta. Es el caso de Casi rocanrol, de Paul Alonso, de la cual he leído sus primeras páginas (hasta el final del capítulo 2) y me he encontrado con una obra con todas las características de la novela de autoficción, pero al menos ésta está bien escrita, resulta divertidísima, abundante en referencias de la cultura popular o generacional y, sobre todo, bien estructurada (al menos hasta ese capítulo 2) que espero se sostenga así hasta el final, porque esa es su gran baza. Una novela bien pensada y bien escrita, ¿se puede pedir más?
👉 Confucio y la globalización
Uno de los libros más tontos que se han escrito para convencernos de las bondades de la globalización económica es La tierra es plana. Breve historia del mundo globalizado del s. XXI, de Thomas L. Friedman. Es un libro que recurre a una metáfora absurda para convencernos del 'aplanamiento' de la tierra, de la desaparición de las fronteras como consecuencia benigna de esa globalización. Casi tan absurdo como el famoso 'fin de la historia' de otro gurú que se equivocó de principio a fin en su profecía. Si se trata de entender y comulgar con la globalización económica, alinearnos a ella, mil veces prefiero el libro de Alan García Confucio y la globalización. Comprender China y crecer con ella, que este año (en que se cumplen 5 de su trágica desaparición) Planeta ha decidido reeditar. Uno puede estar o no de acuerdo con García, retrucar muchos de sus postulados e incluso objetar algunas de sus conclusiones forzadas o interpretaciones que hace de la filosofía confuciana, pero en modo alguno le puede negar que en este libro logró su mejor trabajo intelectual (en ese sentido, no resulta gratuito que este título inaugure la serie de reediciones que se esperan este año de todos sus libros). A García, que tuvo tantos admiradores como denostadores, le interesó construir una imagen de político intelectual como los grandes políticos intelectuales que él admiraba (Malraux, uno de ellos). Con ese fin escribió mucho. Con ese fin, tal vez, haya llegado la hora de leer con cabeza fría todos sus textos y juzgarlo por sus libros como era su deseo, y no por su desastroso primer gobierno o por el segundo tan polémico. Empecemos con este.
¡Qué tengan buenas lecturas!