Mis 5 novelas favoritas sobre la Segunda Guerra Mundial (#151)
Después de la guerra de Troya, la Segunda Guerra Mundial debe ser el conflicto sobre el que se ha escrito la mayor cantidad de novelas. Aquí, respondiendo a una lectora, les comparto las 5 mejores según mi particular gusto e interés. Por cierto, aunque parezca una perogrullada decirlo, hay que advertir que se trata de una selección personal, no de un canon o algo parecido.
También que se trata de sólo novelas, no de obras de no ficción —que muchos confunden con novelas— como podría ser el Diario de Anna Frank o Si esto es un hombre de Primo Levi. Tampoco de obras en formato cómic o de novela gráfica, como la celebérrima Maus. Y que obras referidas específicamente al Holocausto o Shoa —como La postal o Dora Bruder— merecen su propio #hilo y por eso mismo no figuran aquí. Ahora sí, disfruten la lectura de uno (o todos) de estos #5libros o novelas sobre la Segunda Guerra Mundial.
1. Los desnudos y los muertos (1948), de Norman Mailer. Una novela asombrosa, terriblemente hermosa, sorprendentemente genial (su autor tenía apenas 26 años cuando la publicó). Como en The Big Red One, de Samuel Fuller, Mailer se vale de un pequeño grupo de soldados, tan disímiles entre ellos como comunes en su destino final, para construir un microcosmos donde lo más abyecto como lo más sublime del ser humano se ve reflejado en las personalidades de cada uno y en el modo como encaran la muerte y la brutalidad de la guerra. Mailer fue un escritor muy prolífico y autor de muchas obras consideradas verdaderas obras maestras, pero le hubiera bastado escribir esta sola novela para dejar escrito su nombre entre los más grandes escritores del siglo XX. Es una de las más grandes novela que se haya escrito sobre la Segunda Guerra Mundial, sobre cualquier guerra.
2. El fragor del día (1948), de Elizabeth Bowen. Resulta poco menos que sorprendente que esta extraordinaria novela se haya mantenido inédita en nuestra idioma hasta tiempos tan recientes (publicada en 1948, Impedimenta la tradujo en 2014). El gran mérito de esta obra reside en el hecho de que en apariencia no sucede nada en ella, pero está sucediendo todo, el mundo se está derrumbando, sucumbiendo ante las bombas del enemigo mientras sus persones deciden seguir viviendo, seguir amando, seguir siendo las mismas personas que eran antes de la guerra, pero la guerra lo transforma y destruye todo. El lector que salga airoso de las asfixiantes, las claustrofóbicas páginas de esta obra saldrá con el convencimiento de que ha leído una de las grandes novelas del siglo pasado sobre la guerra.
3. La campesina (1957), de Alberto Moravia. En la contratapa de la edición que tengo de esta maravillosa y cruenta novela se lee: «Dos cosas destruyen a una mujer para siempre: la guerra y la violación». De este modo brutal se anuncia no tanto el contenido de lo que se va a leer, sino a lo que el lector se va a enfrentar. Es una novela que mantiene constantemente atento al lector, en tensión permanente, como en permanente tensión viven las dos protagonistas, madre e hija, a lo largo de toda la guerra, de toda la novela, casi como si el autor quisiera que quien la lee viviera en carne propia el drama de ser mujer en medio de un conflicto que no respeta a nada ni a nadie. El impacto emocional que deja esta novela en quien la lee es imborrable. Lo digo sin exageración: están advertidos.
4. Vida y destino (1959), de Vasily Grossman. En realidad escrita en 1959, pero publicada recién (debido a la censura soviética) en 1980. Es, sin argumentación en contra alguna, una de las diez mejores novelas del siglo XX y con toda seguridad de la historia de la liteartura mundial. Se le suele comparar con Guerra y paz de Tolstói, y la comparación no es gratuita. Ambos componen una galería de personajes tan enorme como perfectamente delineados cada uno de los más de 500; ambos centran el asunto principal de la obra en un momento dramático del país, y por lo mismo épico; y ambos sitúan en el drama que narran a personajes históricos reales de la talla de Napoleón uno y Hitler y Stalin el otro. En pocas palabras, la proeza de Grossman es solo comparable a la de Tolstói, y lo es porque consigue el mismo resultado. Grossman ha escrito una novela en la que el drama de la guerra, el terror, el miedo, el heroísmo, la cobardía, la mezquindad, el odio, la bondad, el desprecio por el otro, todos los sentimientos nobles y ruines de los que es posible el ser humano son narrados con una intesidad y un hálito de esperanza que nunca se pierde. Si este #hilo no fuera en orden cronológico, Vida y destino iría en el primer lugar de esta y cualquier otra lista de novelas sobre la Segunda Guerra Mundial. Es una obra difícil de igualar y de olvidar.
Una pequeña digresión: las circustancias en las que fue escrito Vida y destino y las viscisitudes de su autor por hacerlo (un corresponsal de guerra en medio de una guerra demencial y como ciudadano de un estado totalitario), son otra historia igual de épica como la novela misma. Quien mejor ha contado esa historia es Alexandra Popoff en su biografía del escritor Vasili Grossman y el siglo soviético. Un libro que hay que leer para admirar aún más a su autor y su novela. Es mucho más que una biografía: es un monumento a Grossman.
5. ¿Dónde estabas, Adán? (1951), de Heinrich Böll. Resulta injusto que el impacto de las novelas más famosas de Böll hayan relegado esta. Y lo es porque se trata de una novela que en un apretado número de páginas condensa todo el absurdo y horroro que provoca toda guerra. Además se trata de una novela, a mi juicio, original porque pareciera ser que el autor habría querido construir un gran relato a partir de varios relatos sueltos. Cada capítulo de la novela es para presentar un personaje que no volveremos a ver, que lo único que lo une o liga con los demás es el soldado Feinhals, miembro del Ejército alemán de ocupación en Hungría, que transmiten al lector el sentimiento de la derrorta y con ella el temor, la angustia, la ansiedad ante huir o enfrentar lo que venga. Es una novela donde la derrota, la inevitable y temida derrota se respira desde la primera página. Un novelón.