Hoy temprano este boletín sobre libros y novedades editoriales alcanzó los 5000 suscriptores. Me maravillo y sorprendo de ese número. Me maravillo y alegro porque cada número que incrementa esa cifra, cada nuevo suscriptor es, por supuesto, un nuevo lector, un nuevo vicioso de los libros y la lectura. Y en un mundo donde lo audiovisual parece ser lo más importante, lo omnipresente, un creyente más de la cultura impresa es un logro, un triunfo cotidiano.
Y me sorprendo porque entre la inmensa oferta de publicaciones virtuales e impresas que existe sobre el mismo tema del que se ocupa este boletín (muchas de ellas de excepcional calidad), que haya 5000 personas dispuestas a dedicarnos unos minutos para leer lo que escribimos es, como dije, para sorprenderse. Gratamente, claro, y sentir alguito de orgullo y satisfacción.
En este punto, creo, es donde debo dar gracias, ¡muchísimas gracias!, a aquellas personas e instituciones que hacen posible nuestro trabajo. Sin ellos, sin exageración alguna, no existiría este boletín. En primer lugar, a las editoriales que nos hacen llegar puntualmente sus novedades. Nuestro profundo agradecimiento a Planeta, Penguin, Peisa, Fondo de Cultura Económica, Desperta Ferro, Capitán Swing, Páginas de espuma, Vulgata Ediciciones, Acuedi, Isole, Ediciones Panóptico, Summa Editorial y al Fondo Editorial PUCP. Si me olvido de alguna, ruego mil perdones y me avisan para incluirla. De igual modo, agradecer a cada uno de los autores y editores que me hicieron llegar sus obras y publicaciones, por la confianza depositada en nuestro trabajo.
Finalmente, debo agradecer a los 22 suscriptores de pago que nos siguen apoyando. Si en algún momento de desánimo o desgano pensamos ponerle punto final a este proyecto, fue por ellos que no lo hicimos (algunos pagaron la suscripción anual, así que por lo menos hasta octubre tenemos cuerda). Siempre he dicho que, si esos 22 suscriptores fueran 50 o 100, lo más probable es que me dedicara a tiempo completo a este boletín. Quién sabe, tal vez algún día acariciemos el cielo.
El boletín está muy lejos de ser lo que siempre he esperado de él, lo que siempre he deseado hacer con él: entrevistar autores, asistir a ferias y presentaciones, cubrir eventos literarios, hacer reportajes especiales, viajar al interior del país para todo lo anterior. Pero el trabajo de docente es una escuela secundaria pública es demasiado exigente y arduo como para disponer de un tiempo para todo eso. Con todo, no perdemos la esperanza.
Lo digo sinceramente: nunca pensé que este boletín llegara tan lejos o tan alto. Así que, una vez más, ¡muchísimas gracias por leernos!
¡Qué tengan felices lecturas!