Veinte grandes libros escritos por mujeres (#058)
¿Qué tienen en común libros como El Quijote, la Divina Comedia, los Ensayos de Montaigne, El origen de las especies o los Principia Mathematica de Newton? Pues, por un lado, que son libros que han cimentado la ciencia y cultura universales y, por otro, que han sido escritos por hombres. Siendo rigurosos, de igual importancia y significado existen decenas, cientos de libros escritos por mujeres que también han moldeado nuestra civilización y que sin ellos esta hubiera tenido un desarrollo muy pobre o, en el mejor de los casos, uno completamente distinto. Libros que hay que tener presente siempre. Aquí les recomendamos veinte de ellos, no sin antes advertirles que se trata de una selección puramente personal.
1) La historia de Genji (h. 1021), de Murasaki Shikibu. Es, con toda seguridad, la primera gran novela en la historia de la literatura mundial, y con más seguridad todavía una de las grandes obras maestras de esta. Es el relato del hijo del emperador de Japón condenado a vivir en el exilio y de sus tribulaciones cuando regresa a ella tras la muerte de su padre. Según la sensibilidad o gusto del lector, se trata de una novela romántica, política, de aventuras o, como prefería Borges, psicológica. De lo que no cabe duda es de que se trata de una auténtica épica. Escrito a lo largo de una década, hay estudiosos que sitúan su aparición en el año mil, en tanto que otros afirman que se empezó a difundir por entregas (más de cincuenta) partir del año 1021, lo que en buena cuenta significa que es una obra milenaria. Una buena razón más para sumergirse en su vasta y torrentosa lectura (más de 1600 páginas).
2) Vindicación de los derechos de la mujer (1792), de Mary Wollstonecraft. Este revolucionario libro (nunca un adjetivo tan bien puesto) tiene un antecedente en otro trabajo igual de importante de la autora: Reflexiones sobre la educación de las hijas (1787), en el que abogaba por una educación de calidad para las mujeres, igual a la que recibían los hombres, convencida como estaba de que ambos tienen los mismos derechos y obligaciones. Con Vindicación…, Wollstonecraft llevó a un punto más radical sus tesis en el convencimiento de que un hogar bien formado y educado eran la garantía de una sociedad más justa e igualitaria para todos. Radical hasta en los propios aspectos de su vida personal, Wollstonecraft está considerada con justicia una pionera en la lucha por los derechos de la mujer.
3) Orgullo y prejuicio (1813), de Jane Austen. Ninguna novela romántica o costumbrista, que entre esos linderos se mueve esta obra maestra, ha logrado la penetración sicológica, la precisión en la descripción de las costumbres de un grupo humano y el análisis casi sociológico de las relaciones que entre sí establecen unos personajes perfectamente delineados, como esta obra que parte de un argumento aparentemente baladí (los esfuerzos de una madre por casar a sus hijas con el mejor partido) pero que resulta crucial para entender a toda una época. Hasta el título, los prejuicios y orgullo de los dos principales protagonistas, es un acierto en una novela en la que no falla nada (aunque afirme lo contrario el envidioso señor Twain).
4) Frankenstein o el moderno Prometeo (1818), de Mary Shelley. La mejor novela de terror jamás escrita, pero por encima de esto la mejor metáfora que se haya escrito sobre los peligros de la ciencia o del conocimiento científico utilizados con arrogancia, sin medida. Su influencia, desde que se publicó por primera vez, ha sido enorme y ha tenido continuadores que no han alcanzado el nivel de esta, ni la popularidad que en más de doscientos años ha cosechado. Tal vez por eso el cine, el teatro y la televisión recurren siempre a ella ya sea como referente, fuente de inspiración o simplemente homenaje (el último de ellos lo vimos, y el mejor de todos, en una jocosa escena de la película “Mank”).
5) Jane Eyre (1847), de Charlotte Brontë. Una de las novelas más extraordinarias escrita por una mujer (como extraordinarias fueron las circunstancias de su escritura o más aún las de su posterior publicación), y una de las cumbres de la literatura inglesa. Esta ‘autobiografía’, como reza el subtítulo de la misma, es la novela que mejor refleja las diferencias de clase en la Inglaterra de la Revolución Industrial (de modo más descarnado que en la extraordinaria Norte y sur de Elizabeth Gaskell, o a la altura del mismísimo Dickens). Unas diferencias expresadas en la crueldad, miseria y privaciones que la autora no oculta en ningún momento, pese a lo cual nunca perderá su dignidad o esperanza. Además, como lo han señalado multitud de estudiosos, se trata de una novela donde las relaciones de género son tratadas abiertamente, con valentía, lo que supuso un escándalo para la época. En definitiva, un libro imprescindible para cualquier época.
6) Norte y sur (1885), de Elizabeth Gaskell. La mejor obra que conozco o haya leído sobre la Revolución Industrial es esta maravillosa novela de Elizabeth Gaskell que retrata, mejor que un libro de historia, el conflicto entre la emergente sociedad industrial y la rural que es desplazada por nuevos valores y formas de vida completamente opuestos a ese mundo idílico y bucólico que poetas, novelistas y cronistas describieron hasta entonces. Se trata de una obra maravillosa, un verdadero mural de sentimientos, conflictos y desencuentros que nos permite conocer lo difícil que fue vivir esa época. Como dije, es el mejor libro que conozco sobre el tema si quieren comprender un proceso histórico decisivo, una inigualable novela admirada y elogiada por Dickens.
7) Investigación de las sustancias radiactivas (1903), de Marie Curie. Se trata en realidad (como reza el subtítulo) de su tesis doctoral, y es el único libro de la lista que (por obvias razones) no he leído pero que no podía dejar de figurar en esta lista. Marie Curie ha sido una de las mujeres científicas más importantes de la historia y la de mayor influencia no solo para miles de mujeres, sino también para la historia de la humanidad al ser la pionera de la física y química nuclear y la radiología, lo que se dice una de las precursoras de la ciencia y medicina modernas. Además, ha sido la única persona que ha ganado dos veces el Premio Nobel (uno de física y otro de química). La escritora española Rosa Montero, a partir de su diario, escribió una novela en la que nos descubre una Marie Curie completamente distinta a la que figura en las enciclopedias y por la que merece, tal vez con mayor razón, ser recordada siempre.
8) El diario de Anne Frank (1947). Es más que probable que su autora, una adolescente de 13 años, no se propusiera escribir un libro, pero el diario que llevó durante los dos años y un mes de su obligado autoencierro en un desván junto con su familia y otras cuatro personas tratando de escapar de los nazis, se ha convertido en uno de los libros más importantes en la historia del siglo XX y el mayor de los alegatos que existe contra el Holocausto, la discriminación y el racismo. Pero más seguro es aún, para quien ha leído las páginas íntimas, lúcidas y honestas de este diario, que de no haber muerto en el campo de concentración de Bergen-Belsen a la edad de 15 años, Ana Frank hubiera llegado a ser una extraordinaria escritora.
9) El segundo sexo (1949), de Simone de Beauvoir. Para muchos, la Biblia indiscutible del movimiento feminista, pero en esencia uno de los libros de filosofía más contestatarios, radicales y comprometidos nunca antes escrito. Lo que se dice, un libro auténticamente subversivo (hasta el Vaticano le confirió el honor de incluirlo en su famoso Index de libros prohibidos). Está repleto de afirmaciones y conclusiones que hasta hoy se discuten y resultan actuales (“No se nace mujer, se llega a serlo”, “El matrimonio casi siempre destruye a la mujer”, “La sociedad codificada de los hombres decreta que la mujer es inferior, y ella solo puede abolir esa inferioridad destruyendo la superioridad viril”), pero el mayor de sus méritos es que es un libro que nunca envejece.
10) Los orígenes del totalitarismo (1951) de Hannah Arendt. En varias ocasiones este libro ha aparecido en la lista de los libros más importantes del siglo XX y en más de una también en la de los más influyentes. ¿Cuál es la idea fundamental que subyace en sus páginas que le ha asegurado a él y a su autora una vigencia permanente? Pues, a mi modo de ver, la indisoluble como compleja relación que existe entre filosofía y política (y del cual el nazismo es su más deleznable expresión), lo que convierte Arendt en una de las más destacadas (e interesantes) teóricas de la ciencia política. Es el libro que más años le llevó escribir (casi una década) y en el que disecciona al antisemitismo, el imperialismo y el racismo como fundamento o caldo de cultivo de los totalitarismos del siglo XX. Una obra fundamental que le proporcionó a la autora un reconocimiento unánime.
11) Matar a un ruiseñor (1960), de Harper Lee. Una obra cuya importancia reviste en que inspiró a toda una generación y dio pie a un mayor compromiso con el movimiento de los derechos civiles de la población afroamericana, asegurándole a su autora, con un único libro, una fama imperecedera. Con todo, también es un libro que no ha estado exento de cierta polémica debido al tema central que aborda: el racismo y el sistema de justicia estadounidense (no siempre tan ‘justo’ con la minoría negra) y el lenguaje descarnado que en muchas ocasiones utiliza. Además, como si lo anterior no fuera suficiente, en sus páginas vive uno de los padres más famosos y entrañables de la literatura universal: Atticus Finch.
12) Primavera silenciosa (1962), de Rachel Carson. Esta lista sigue un estricto orden cronológico, pero si siguiera otro, lo más probable es que el primer lugar de ella lo hubiese ocupado este fundamental libro, uno de los más importantes en la historia de la ciencia del siglo XX. En Primavera silenciosa su autora no aporta un dato científico relevante, no contribuye a abrir un nuevo capítulo en el avance de la ciencia o revela un gran descubrimiento; y sin embargo, lo que concluye el libro es de una importancia capital para todos: la contaminación de los campos por efecto del uso indiscriminado de los pesticidas (DDT) amenaza a la humanidad. Por supuesto, semejante revelación solo podía acarrearle el odio inconmensurable de la industria química que, incluso después de muerta, persiste en desacreditar sus investigaciones y calificarlas de alarmistas y exageradas. Sin la menor duda, una heroína de nuestro tiempo.
13) Eichmann en Jerusalén. Un estudio sobre de la banalidad del mal (1963), de Hannah Arendt. Arendt es la única autora de esta lista de la que he incluido dos libros ante el dilema de tener que escoger entre dos títulos fundamentales de su bibliografía. Este, que escribió como encargo para una famosa revista neoyorquina que la envió a cubrir el juicio en Israel al criminal de guerra nazi, secuestrado en Argentina por agentes del Mossad israelí, es el más polémico de los títulos que publicó y, con certeza, el que más dolores de cabeza debe haberle causado. Su teoría del ‘mal banal’ o ‘banalidad del mal’ le granjeo duras críticas de la comunidad judía a la cual pertenecía la propia Arendt, y fue acusada de hacerle un favor al nazismo y al antisemitismo al relativizar, supuestamente, las acciones de uno de los mayores responsables de poner en marcha la llamada “Solución Final”. Pero lo que Arendt quería explicar, tras presenciar el famoso juicio, es que cualquier ser humano, hasta un insignificante burócrata coo Eichmann, podía ser capaz de las mayores atrocidades contra el ser humano y de justificarlas en nombre de una regla, una ideología o un prejuicio. “Eichmann en Jerusalén” es de lectura obligatoria para entender no solo una de las más grandes tragedias de la historia humana, sino al propio siglo XX.
14) La mística de la feminidad (1963), de Betty Friedan. Si no me equivoco, la segunda Biblia del movimiento feminista pero, por encima de todo, un libro inteligente, honesto y brillante que hace (o debería) avergonzar a los hombres, tan bobos como somos al crearnos y creernos las imágenes que la publicidad, las revistas ‘para mujeres’ y ciertos libros de autoayuda ofrecen de lo que es lo femenino. Para escribirlo, su autora realizó una sólida investigación que incluyó numerosas encuestas en hogares y a mujeres que respaldaron los resultados de la misma y dio pie a una polémica desde que aparició que aún hoy no se apaga. Y es que si algo propone este libro es que la realización de la mujer no solo está en el hogar, sino también fuera de él, en la política por ejemplo, en la que animaba a participar fervientemente Friedan.
15) Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado (1969), de Maya Angelou. Una de las autobiografías más descarnadas que se hayan escrito; un libro duro de leer atravesado como está por el odio, el racismo, la pobreza, la exclusión y la agresión sexual de la que es víctima la protagonista. Pero también es una demostración de la poesía y el teatro como instrumentos de redención (antes que novelista, Angelou era poetisa y dramaturga en los que había cosechado éxitos y reconocimiento). Este el primero de un conjunto de siete libros que constituyen su autobiografía y que, hasta donde sé, no han sido traducidos el resto.
16) Pureza y peligro: Un análisis de los conceptos de contaminación y tabú (1973), de Mary Douglas. Un profesor sumamente inteligente y culto que tuve en San Marcos y que me dictó el curso de Historia Antigua me hizo leer, con ojo clínico la Biblia. Fue esta tarea que me encomendó la que me llevó a descubrir a Frazer y su famoso “La rama dorada”. La lectura de este último y otros de su autor me llevaron a descubrir uno todavía más importante: “Pureza y peligro”, con el que su autora, una antropóloga británica, me enseñó a comprender al propio Frazer, la Biblia, las religiones primitivas, y todo el simbolismo detrás de ellas y sus leyes y libros sagrados. Una lectura estimulante que todos deberíamos hacer en algún momento de nuestras vidas.
17) Harry Potter y la piedra filosofal (1997), de J. K. Rowling. ¿La autora de la saga del mago adolescente, uno de los pilares de nuestra civilización? ¿Cómo una serie de siete novelas fantásticas juveniles pueden tener tal importancia para figurar en esta recopilación? Pues por una sencilla razón: como lo explicó el crítico de teatro Alberto Servat, en el tiempo de las tablets y smarphones, conseguir que niños y jóvenes estén dispuestos a leer ávidamente libros de 300, 400 o 600 páginas es toda una proeza, prepara a los futuros lectores de Homero, Víctor Hugo o Dostoievski. Y puedo decir, con absoluta certeza, que no se equivoca: cuando supe que la hija adolescente de un compañero de trabajo leía copias en PDF de Harry Potter le regale los tres primeros libros, confiado en que tendría tiempo para poder conseguir los cuatro siguientes. Luego me enteré que Almendra le pidió a su madrina que se los regalara por su cumpleaños. ¡Los había leído de un tirón! Ahora, mientras escribo esto, debe estar leyendo el ejemplar de “Orgullo y prejuicio” que le envié en compensación por mi puro prejuicio. Sí, la creadora de Harry Potter merece figurar aquí.
18) Esto lo cambia todo: el capitalismo contra el clima (2014), de Naomi Klein. Hay quienes no le conceden el menor crédito a esta autora canadiense, menosprecian todos los libros que ha escrito y desbaratan con una prolijidad asombrosa todo lo que ha expuesto en ellos, pero a mí me gusta todo lo que ha publicado, he reconsiderado –con los años– todo lo que ha sostenido y espero, a pesar de ello y con avidez, cada nuevo título que publica. Lo que en buena cuenta significa que hubiera podido consignar cualquier libro de Klein, lo importante es que figurara aquí. Elegí, sin embargo, Esto lo cambia todo porque es el último libro de ella que he leído (luego ha publicado, en 2017, “Decir NO no basta: Contra las nuevas políticas del shock por el mundo que queremos”) y porque es, con seguridad, el más comprometido y actual en su permanente batalla contra un capitalismo desenfrenado, contra el cambio climático que aquel está acelerando a marcha forzada.
19) Historia de una desobediencia: Aborto y Feminismo (2014), de Mabel Bellucci. He querido reservar los dos últimos lugares de esta lista para dos libros no tan universales como los primeros dieciocho, pero sí tan importante como ellos. Este, de Mabel Bellucci es uno que sitúa la polémica sobre el aborto voluntario en su verdadera dimensión, auscultando todas las aristas que intervienen (o deberían intervenir) en el debate, alejándolo de discusiones panfletarias o formalistas. Un libro valiente, documentado, bien escrito y, sobre todo, con una portada inmejorable. Toda una declaración de principios en ella.
20) Histe(ó)ricas. Virginia Woolf, Simone de Beauvoir y Melanie Klein en el diván (2020), de Dana Hart. El último lugar de esta lista lo he reservado para un libro peruano, uno de una de mis editoriales independientes favoritas: Editorial Gafas Moradas, una editorial de temática feminista con un catálogo tan selecto como . Lo demuestra este libro que me causó verdadero placer leer. El ensayo de Dana Hart es una delicia, una auténtica delicia. Esta escrito con elegancia, inteligencia y originalidad, cualidades que ponen de manifiesto una sabiduría poco usual en publicaciones de este tipo. Y con poco usual me refiero a exento del tono panfletario, recargado con una jerga militante que aleja a un lector interesado en el tema, en el que muchas veces libros inteligentes caen haciendo que la denuncia sea la protagonista en detrimento de lo que verdaderamente se denuncia. Este libro es una honrosa excepción. Y, como dije, un verdadero placer intelectual leerlo.
¡Qué tengan buenas lecturas!