Y de afuera, ¿qué nos trae la #FILLima2023 (#081)
Resulta más que obvio que la #FILLima2023 es la gran oportunidad para conseguir los libros y autores extranjeros que suelen tardar meses en llagar a nuestras librerías.
El momento de las obras maestras
Dicen que más vale más tarde que nunca, así que aquí les traemos ocho libros para buscar y, de ser posible, si aún no se ha gastado la grati, llevar a casa para disfrutar de las mejores horas de lecturas en lo que resta del año. Sí, la #FILLima2023 es la gran fiesta peruana del libro porque permite encontrarnos con libros como estos.
1. Hierro y sangre. Una historia militar de Alemania desde 1500 (Desperta Ferro), Peter H. Wilson. Aunque se trata propiamente, como indica el subtítulo, de una historia militar de Alemania, esta es una que debería interesar a todos. El relato que hace el autor de cómo la guerra define la personalidad, el espíritu de una nación y configura su destino y su historia, debería servir a otros para entender el fenómeno de la guerra en cada sociedad. Eso, además de que va más allá de los tópicos habituales y proporciona los elementos necesarios para comprender en qué consiste hacer la guerra, planificar y financiar una y perderla. Un libro realmente extraordinario.
2. Las guerras napoleónicas. Una historia global (Desperta Ferro), Alexander Mikaberidze. Una historia global se lee en el subtítulo de esta otra, y lo cierto es que más que global estamos ante una historia total, una historia que no deja nada al azar y en donde hasta el más mínimo detalle o dato, o incluso aquel que conocemos bien, poco o nada, forma parte fundamental de un edificio intelectual soberbiamente escrito. Una obra fastuosa de la inteligencia y la erudición de casi mil páginas que se leen como si fueran cien. Yo creía que el libro de David Chandler tardaría mucho tiempo en ser superado, pero esta le ha acortado la vida. Seguirá por mucho tiempo siendo una obra importante de historia militar; pero esta de Mikaberidze es una que difícilmente podrá ser superada. Si acaso.
3. La caída de Robespierre. 24 horas en el París revolucionario (Crítica), Colin Jones. Sin exageración o presunción alguna diré que devoré las poco más de 600 páginas de este estupendo libro en apenas unos días. Resulta el relato trepidante, casi novelesco de un momento clave y trágico de la Revolución, uno en que esta cambió de rumbo y el mundo con ella. Nunca antes había leído una historia de la Revolución (o de un capítulo de esta) con el pulso de un novelista, de un mago de las palabras de modo tal que te lleva de las narices de la primera a la última página en un aliento. Un relato en el que, minuto a minuto, asistimos a cómo acontece la historia. Si este no fuera el libro de historia valioso e importante que es, casi podría pasar por el guion de una de esas series de acción e intriga que tanto nos cautiva ahora. ¡Qué librazo!
4. Prometeo Americano. El triunfo y la tragedia de J. Robert Oppenheimer (Debate), Kai Bird y Martin J. Sherwin. Si le gustan las biografías como el relato de una época antes que el de la vida de un individuo; si las obras de no ficción ocupan su tiempo y atención por ese afán de estar conectado siempre a la realidad; si ama, finalmente, las buenas historias, bien contadas y mejor escritas, tiene que leer este libro. Este libro es una proeza del género biográfico y una extraordinaria muestra de la técnica periodística, el producto más depurado y logrado de esa sabia combinación de literatura e historia. Un libro que no dejará indiferente a nadie.
5. Estación Ucrania. El país que fue (Libros del K.O.), Borja Lasheras. Esta tal vez sea la más personal de las recomendaciones de esta lista. Aficionado como soy a los libros de viajes en los que el autor trasciende el puro exotismo o interés geográfico para adentrarse en regiones en las que el peso de la historia, pasada o presente, es el fundamento de este viaje; este libro es una lección de cómo se escribe o deben escribirse los libros de viajes. En sus páginas se pone de manifiesto que ya Ucrania era noticia e historia antes de la guerra que desató Rusia contra ella, en ellas el autor nos entrega el retrato de un país que los noticieros internacionales apenas conocen, tal vez ni sospechan. Un librazo.
6. La paciencia del agua sobre cada piedra (Eterna Cadencia), Alejandra Kamiya. El tercer libro de cuentos de la autora y el mejor de relatos aparecido este año. Le tienta a uno decir que se tratan de pequeñas obras maestras del género, piezas de arte imborrables para nuestra memoria. En la feria no he buscado solo este libro, sino sus dos antecesores. Kamiya va camino a convertirse en una autora clásica.
7. Fortuna (Anagrama), Hernán Diaz. Todo lo que se ha dicho de esta extraordinaria novela es cierto. Todo, incluso los adjetivos más superlativos que haya leído. Leyéndola uno inmediatamente recuerda todo lo bueno o malo que se ha escrito y leído sobre el capitalismo yanqui y el poder del dinero y Wall Street, ensalzándolo o denigrándolo. Un Wall Street que en estas páginas alcanza ribetes aterradores. Es una experiencia tanto literaria como intelectual, e incluso histórica. En el panorama mundial, una de las mejores novelas del año. O tal vez la mejor. Un consejo: léala pronto, ahora mismo. Hollywood ya está trabajando en su adaptación como serie y es muy probable que la experiencia maravillosa que es su lectura se vea pronto distorsionada, arruinada, lo peor de todo: condensada a unas cuantas horas de bobo entretenimiento televisivo.
8. V13. Crónica judicial (Anagrama), Emmanuel Carrère. Si leyó ese monumento literario, esa pieza de relojería de la no ficción contemporánea que es El adversario, no puede dejar de leer este libro. No porque sea semejante o mejor que ese, o porque el autor vuelva a un género en el que cosechó éxitos y reconocimiento. No, hay que leer V13 porque es la confirmación de la vitalidad del buen periodismo, de la existencia aún de un auténtico periodismo. Esa es la verdadera y gran razón para leerlo.
¡Qué tengan buenas lecturas!