16 grandes novelas históricas latinoamericanas (#177)
Segunda de tres entregas sobre uno de nuestros géneros favoritos.
Ahora les comparto 16 grandes novelas históricas latinoamericanas que, obviamente, no son las únicas. Sólo son las que más veces he leído, frecuentado o recomendado por diversas razones y que se hallan entre las más importantes que ha producido la literatura de este continente. Solo un par de títulos de la entrega anterior se repiten aquí necesaria e inevitablemente.
1. Las lanzas coloradas (1931), de Arturo Uslar Pietri. Ambientada en la guerra de Independencia venezolana, esta novela marca un hito en la historia de la literatura latinoamericana, divide en un antes y un después la historia de la novela de este continente. Sin renunciar del todo a los elementos que la caracterizaban hasta entonces, dota a la novela latinoamericana de una modernidad hasta entonces no vista.
2. Zama (1956), de Antonio Di Benedetto. Si bien se trata, propiamente, de una novela histórica, Zama es, asimismo, una novela filosófica, una profunda reflexión sobre el tiempo, el exilio, la identidad, la propia existencia, escrita con un lenguaje bellísimo.
3. El siglo de las luces (1962), de Alejo Carpentier. La obra maestra de Alejo Carpentier (aunque mi preferida de él siempre será Los pasos perdidos). Una de las novelas cumbres de la literatura latinoamericana y en nuestro idioma; y la perfecta metáfora de que toda revolución, cuando triunfa, pierde (y sus protagonistas devienen, invariablemente, en los déspotas que combatieron).
4. La muerte de Artemio Cruz (1962), de Carlos Fuentes. La primera novela que leí de este autor y que, desde entonces, me ha servido para medir todo lo que publicó después. Una novela sobre la revolución mexicana y sus secuelas que mantiene su vigencia. Extraordinaria, un prodigio literario.
5. La guerra del fin del mundo (1981), de Mario Vargas Llosa. Qué podemos decir de esta maravillosa, magnífica novela que no hayamos dicho ya antes. La historia de Antonio El Consejero y su legión de fanáticos seguidores, de la rebelión de Canudos en el Brasil del siglo XIX, es uno de los relatos épicos de este continente como pocas veces se ha contado en la literatura mundial. Una obra maestra con mayúsculas.
6. Los perros del Paraíso (1983), de Abel Posse. Segunda entrega de su Trilogía del Descubrimiento y de cómo la literatura, la novela, puede reescribir la historia a veces mucho mejor que la Historia misma.
7. El entenado (1983), de Juan José Saer. Una maravillosa novela que demuestra que la novela histórica no es esa que se deleita o regodea en la exhaustividad de los datos, el detalle histórico minucioso o la recreación artificiosa y falsa de un lenguaje del pasado, sino en la comprensión de este, la historia misma desde la propia experiencia.
8. Noticias del Imperio (1987), de Fernando Del Paso. La historia de Maximiliano y Carlota y la de su fallido Imperio mexicano se ha convertido en la novela histórica latinoamericana más ambiciosa y mejor lograda de la historia de este continente. Una novela de una aparente sencillez que revela, a medida que se lee, una complejidad admirable por el conjunto de puntos de vista, tiempos y discursos que utiliza el autor de manera magistral para construir su relato.
9. El general en su laberinto (1989), de Gabriel García Márquez. Si no me equivoco, la única incursión de García Márquez, en sentido estricto, en la novela histórica y el retrato más fiel, desde la literatura de ficción, que se ha escrito sobre Bolívar y que debe en gran parte a la admiración que el autor sentía por Bolívar y que se evidencia en cada página de su obra.
10. La gesta del marrano (1991), de Marcos Aguinis. Esta novela histórica es de una belleza y una perfección que asombra, encandila. Y subleva. La recreación que hace del espíritu y mentalidad de la América colonial del siglo XVII (una época de racismo, fanatismo religioso y corrupción) es comparable solo a los mejores libros de historia (incluso, mejor que algunos) que se han escrito sobre la época. Leyéndola uno se siente verdaderamente transportado a ese mundo de discriminación y represión religiosa.
11. Santa Evita (1995), de Tomás Eloy Martínez. Una novela histórica que cuenta una historia tan alucinante, como increíble, y por eso mismo, según quién la lea o cómo la lea, será un documento histórico, una biografía ficcionada, un reportaje sobre los episodios alucinantes de nuestra historia o una crónica de lo desaforada que puede resultar nuestra historia política.
12. Deuda de sangre (2008), de Mercedes Giuffré. Primera entrega de 5 de la serie de Samuel Redhead. Giuffré es quien mejor ha renovado auténticamente la novela histórica entre nosotros al conferirle a lo que conocemos como thriller histórico la dosis de documentación, lenguaje de época y psicología a sus relatos policíacos. Hasta donde sé, la quinta entrega es la última de la serie. Una lástima. Ojalá me equivoque.
13. El hombre que amaba a los perros (2009), de Leonardo Padura. Una obra extraordinaria como objeto literario y como indagación histórica, como biografía o reportaje entretejidos en la gran novela que es. Otro librazo.
14. Península, Península (2011), de Hernán Lara Zavala. Como otras novelas de esta lista, la comprobación de que la literatura es, muchas veces, mejor que la Historia cuando se trata de contar la historia (en este caso, la Guerra de Castas en el México posrevolucionario). Un novelón.
15. El espía del Inca (2012), de Rafael Dumett. Nunca antes un episodio crucial de nuestra historia (la caída del imperio incaico) fue narrado de un modo tan dramático y trepidante como lo hace esta maravillosa novela. Como toda obra maestra, tardará mucho en ser superada. Si acaso.
16. Bomarzo (1962), de Manuel Mujica Láinez. Esta extraordinaria, hermosísima novela figura al final de esta lista no por menos importante o valiosa, sino porque pese a haber sido escrito por un autor latinoamericano el tema de ésta es europeo. Pero no podía dejar de figurar aquí.
¡Qué tengan buenas lecturas!