32 obras sobre el amor para regalar en San Valentín (#235)
Hoy es Día de San Valentín, y si todavía no ha elegido el libro que desea regalar a esa persona especial, tal vez lo encuentre en nuestra lista de recomendaciones.
Tiempo atrás compartí en Twitter, con ocasión del día de San Valentín, una lista de 25 obras para leer, regalar o comentar con los amigos. Se trató, como siempre, de una selección muy personal y por lo mismo arbitraria. En ese momento escribí que era muy probable que echaran en falta algunos títulos emblemáticos sobre el tema (El amante o La dama de las camelias solo por mencionar dos muy famosas), pero como siempre digo, no hay lista perfecta y, mucho menos, no se puede recomendar todo lo que uno quisiera ¿verdad? Menos aún en un tema tan extenso, complejo y universal como lo es el del amor. En ese sentido, la lista de obras que les comparto, y que ahora llegan a 32, además de obedecer a ese criterio exclusivamente personal, tratan de cubrir todos los aspectos o facetas del tema amoroso, desde el incondicional y sacrificado, hasta el inocente y pasional. Una última atingencia: de dos obras sí es notoria su ausencia aquí: Madame Bovary y Anna Karenina. Y no figuran por una razón muy sencilla: forman parte de otro boletín sobre 5 casadas infelices.
1. Romeo y Julieta (1597), de William Shakespeare. La obra romántica por excelencia, la mejor historia que se haya escrito sobre el amor juvenil imposible. Si puede leerla en la magnífica traducción que de ella hizo Borges (y que es difícil de hallar, enhorabuena). Una joya.
2. Manon Lescaut (1731), del Abate Prévost. Manon Lescaut es la primera de una larga genealogía de mujeres fatales que le hacen perder la cabeza a cualquier hombre que se le cruce en el camino. Novela sobre la descontrolada pasión que arrastra a algunos hasta niveles indecibles.
3. Los sufrimientos del joven Werther (1774), de Johann Wolfgang von Goethe. Otro clásico de la literatura trágica amorosa de todos los tiempos, que ha inspirado a autores de todas las épocas y latitudes, y cuya enorme influencia trasciende a la de la literatura para abarcar al arte, la música, el cine. El amor contrariado del protagonista (Gabo dixit) solo encontrará consuelo en la muerte.
4. Orgullo y prejuicio (1813). ¿Qué más se puede decir de Jane Austen y su famoso libro que no hayan dicho ya sus detractores y admiradores, que abundan ambos? Nada, solo que se trata de una obra que, definitivamente, todos hemos leído o debemos leer al menos una vez en la vida. Un auténtico clásico el siglo XIX que a partir de una historia trivial (una madre buscando el mejor partido para sus hijas) un construye un fresco perfecto de la mentalidad burgiesa inglesa de su tiempo.
5. Nuestra señora de París (1831), de Victor Hugo. Después de Los Miserables, la otra obra maestra de Hugo. Una en la que la famosa catedral (que se incendió en 2019, este año reconstruida) es un personaje más (tan importante como los de carne y hueso) de esta historia de amor, celos, lujuria y odio que ha encandilado a generaciones.
6. Eugenia Grandet (1834), de Balzac. Tal vez, la más hermosa, lograda y perfecta de las novelas que escribió Balzac. Un padre avaro, una hija obediente y abnegada, un amor marcado por el dinero que mueve a todos, y un retrato fidedigno de la sociedad parisina del siglo XIX como no ha vuelto a ser escrito.
7. Jane Eyre (1847), de Charlotte Brontë. Una de las mejores novelas de la historia de la literatura y una en la que la historia de amor imposible que cuenta apenas es el pretexto para presentar una de las más duras críticas a las diferencias de clase de la época y de siempre.
8. Cumbres borrascosas (1847), de Emily Brontë. Borges, citando a un tercero, dice de esta historia de amor y venganza: «La acción transcurre en el infierno, pero los lugares, no sé por qué, tienen nombres ingleses». Ese 'infierno´ es el paisaje, otro protagonista de esta inmensa novela.
9. María (1867), de Jorge Isaacs. En el más de siglo y medio que tiene de publicada, el interés por esta novela no ha decaído, ni creo que decaiga alguna vez mientras siga ganando lectores la historia de amor bucólica y sencilla que cuenta. Borges, por cierto, la apreciaba.
10. Marianela (1878), de Pérez Galdós. Imposible un lista como esta y que en ella no figure la dulce e inocente Nela, uno de los personajes femeninos más entrañables y desventurados de Pérez Galdós y de la literatura juvenil de cualquier época o idioma.
11. Tess, la de los d`Urberville (1891), de Thomas Hardy. Famosa por la película que Polanski hizo de ella, es otra novela donde las diferencias de clases y la jerarquía social son el acicate de la trágica historia de amor que desencadenan.
12. Cyrano de Bergerac (1898), de Edmond Rostand. La historia de amor no correspondido del pendenciero y romántico Cyrano, célebre por su poco agraciada nariz, ha encandilado y encandilará a generaciones de lectores que seguirán leyendo sus cartas de amor a una amada que nunca será suya.
13. El gran Meaulnes (1913), de Alain Fournier. Se trata de una de las novelas de 'iniciación' más sugestivas jamás escritas, una en la que el tema amoroso es el asunto principal sin ser, propiamente, una novela romántica, una espiritual sin llegar a ser filosófica. Un novelón.
14. El niño que enloqueció de amor (1915), de Eduardo Barrios. Leí esta novela corta con 12 o 13 años, una edad a la que uno puede fácilmente quedar impresionado con una obra como esta. La leí tiempo después y quedé tanto o más impresionado. Una obra maestra.
15. La edad de la inocencia (1920), Edith Wharton. Una novela que sacude al que la lee, tanto como la protagonista de ella sacude la sociedad y los convencionalismos que sucumben al vendaval de su poderosa personalidad, de su innegable magnetismo. Una obra maestra.
16. Carta de una desconocida (1922) y 17. Veinticuatro horas en la vida de una mujer (1927), de Stefan Zewig. Dos obras maestras del relato corto y dos de las mejores novelas cortas que escribió su autor. La primera de ellas, una larga confesión de cuarenta páginas que pone de manifiesto la obsesión de una persona por otro sin retribución alguna por parte de ésta; la segunda, otra historia de adulterio contada de tal modo, con una profundidad sicológica asombrosa que uno casi siente empatía por la protagonista.
18. El gran Gatsby (1925), de Scott Fizgerald. Más allá de la historia de amor imposible que cuenta, una obra maestra por diversas razones. Tal vez la más importante de todas, la de que es el mejor retrato de la época de entreguerras (la Belle Epoque) que se haya escrito.
19. Lo que el viento se llevó (1936), de Margaret Mitchell. Novela romántica, novela histórica o folletín, de la lista de libros que figuran en este boletín, por razones que nunca sabré entender, mi libro favorito desde siempre.
20. Doctor Zhivago (1957), de Borís Pasternak. Otra de las diez mejores novelas de todos los tiempos y una de las hermosas del siglo XX; además, un retrato de la Revolución rusa que es casi un documento histórico, con la historia de amor de Lara y Zhivago como trasfondo.
21. Desayuno en Tiffany´s (1958), de Truman Capote. Una de las grandes novelas estadounidenses, la segunda mejor obra de su autor y un retrato del Nueva York prerrevolución de los '60, por lo que el desenfado de lo que cuenta y cómo lo cuenta es todavía más memorable e inolvidable.
22. Rayuela (1963), de Julio Cortázar. Los amores entre Oliveira y La Maga son parte ya de las señas de identidad de la literatura latinoamericana, una historia de amor con sobresaltos, desencuentros y encuentros cada cual más hilarante, entrañable e imaginativo que el anterior.
23. Gracia y el forastero (1964), Guillermo Blanco. Un clásico de la literatura chilena, en este caso de la literatura juvenil chilena que, con una historia de amor con final trágico, logró erigirse en un ícono nacional.
24. Bella del Señor (1968). Una obra maestra; difícil de leer, no tanto porque entrañe dificultad su narración sino por la desmitificación que hace de ese amor que cantan los poetas, pero que en la realidad dista mucho de ser tan lírico. O sea, el amor tal como realmente es.
25 La vida exagerada de Martín Romaña (1981) y 26. El hombre que hablaba de Octavia de Cádiz (1985), de Alfredo Bryce Echenique. Dos obras que son, en realidad, una sola: el relato afiebrado y divertidísimo de los desventurados amores de Martín Romaña en el París de los 60. Existe un consenso general en afirmar que Un mundo para Julius es su obra maestra, pero a mí, que me gusta dar la contra, me gusta creer que estas dos novelas son lo mejor que ha salido de su pluma.
27. El amor en los tiempos del cólera (1985), de GGM. Más que una novela, un largo poema de 300 paginas. La historia de amor que sí venció al tiempo y que de verdad nos hace creer que hay amores que perduran toda la vida.
28. Como agua para chocolate (1989), Laura Esquivel. Como dice la contraportada de la editorial, una historia de amor que es más que eso: un recetario, un libro de historia, un retrato de familia y la prueba de que se pueden escribir buenas historias con todo eso.
29. Alta fidelidad (1995) y 30. Alguien como tú (2021), de Nick Hornby. La primera, la historia de un corazón roto que me ha arrancado más de una sonrisa y en la que más de una ocasión, para mi sorpresa o vergüenza, me he visto retratado. La segunda, la mejor historia de amor imposible que lucha contra todo convencionalismo, prejuicio y tara que eiste. Con Alguien como tú Hornby se superó a sí mismo.
31. Seda (1996), de Alessandro Baricco. Cuando leí esta novela lo primero que pensé de ella es de que se trataba de una obra de relojería literaria perfecta. Y la historia de amor que cuenta, tan puntual como el magistral uso de recursos mínimos que usa el autor para contarla a la perfección.
32. Llámame por tu nombre (2007), de André Aciman. Una historia de amor poco usual, pero una historia de amor. Tan bella y lírica (y dolorosa) como todas las verdaderas historias de amor (como las de esta lista, por ejemplo).
¡Qué tengan buenas lecturas!
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