Como ocurre con los poetas, novelistas o futbolistas, un corrector de estilo se hace en la práctica diaria, perseverante y ardua de fatigosos años de continuo ejercicio.
Usted redacta bastante bien, pero incurre con frecuenen en el queismo. Ejercitarse para superarlo.
Usted redacta bastante bien, pero incurre con frecuenen en el queismo. Ejercitarse para superarlo.