Las cartas de Fernando Túpac Amaru (#237)
Hoy es la presentación de la primera publicación peruana importante de historia del año.
Hoy, a las 7:00 p.m. en el Museo José Carlos Mariátegui en el centro de Lima, será la presentación del libro Las catas de Fernando Túpac Amaru y otros documentos (1782-1798), un corpus documental de notable importancia publicado por Editorial Isole. Se trata, sin exageración alguna, de un acontecimiento tanto cultural como editorial en muchos sentidos. Y en rigor, de la primera publicación de historia importante del año, así que la presentación de hoy trasciende la etiqueta de agenda del día. Realmente un acontecimiento que no debemos pasar por alto.
En principio, porque la publicación de Las cartas de Fernando Túpac Amaru no solo representa la simple publicación de documentos históricos, un ejercicio editorial y académico habitual, sino porque es, esencialmente, la demostración de una lectura actual y militante de la historia. Una lectura con la que podemos estar o no en desacuerdo, pero una lectura viva y, como dije, militante de la historia que nos lleva, inevitablemente, a reflexionar el modo en cómo hemos venido o venimos leyendo o escribiendo la historia y cómo deberíamos leerla o escribirla. Desde este punto de vista, el libro en sí mismo ya reviste un enorme interés por esa lectura crítica del «discurso hegemónico de la escritura de la historia».
Luego está el hecho mismo, la importancia de la publicación de estas cartas (dieciséis de ellas inéditas) y la documentación anexa que son materia de esta lectura comprometida y que son el testimonio, dramático y veraz, de la azarosa vida breve (murió a los treinta años, luego de casi dieciocho años de prisión, primero, y destierro forzoso después) del último vástago del rebelde, de su trágico sino. Hay que anotar que ellas, en conjunto, revelan un capítulo desconocido o poco transitado por todos de la Gran rebelión, cuya lectura no dejara indemne a nadie. El libro viene precedido de un valioso estudio introductorio a cargo de la historiadora Cecilia Méndez, que no sólo contextualiza y analiza las cartas y al autor de ellas, sino que además ofrece un horizonte de ideas útiles al lector para una mejor comprensión del significado de esta documentación. De ahí la importancia de la cita de esta noche.
Un libro, en definitiva, que pone de manifiesto que muchas de las taras coloniales contra las que se sublevó la familia Túpac Amaru (la exclusión, la violencia, el abuso, el racismo), siguen vigentes en aquellos grupos o colectivos que son herederos del drama de Fernando Túpac Amaru, «natural de Pampamarca, provincia de Tinta, de los reinos del Perú», un niño de trece años que purgó la pena de ser el hijo de un rebelde contra la corona española («castigo sin culpa») y que nunca renunció o renegó o intento hacerlo a ese vínculo familiar que le hubiera asegurado, en algo, mejores condiciones de vida. Y esta es otra razón, tal vez la de mayor peso, para leer este libro que todo joven peruano debería leer.
¡Qué tengan buenas lecturas!
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